sábado, 29 de junio de 2013

Agrupación Comandos Anfibios: La fracciones Pereyra y Basualdo de la APCA

Volviendo a leer..
Una observación innecesaria

Versión revisada, 2/8/11

Esta patrulla de Comandos Anfibios había llegado al área de San Carlos el día 26 de mayo de 1982. Partió de Puerto Argentino el día 24 y su aproximación se hizo por terrenos prácticamente dominados por el enemigo. Tuvo muchas bajas pero cumplió acabadamente con su misión. En esta anécdota qquiero rescatar un pasaje del accionar de la Patrulla, con el solo fin de señalar todo el profesionalismo y sacrificio de estos bravos Infantes de Marina.

Durante el Conflicto Malvinas, los británicos desembarcaron masivamente el 21 de mayo en la zona del establecimiento San Carlos en la Isla Soledad. Una vez asegurada la cabeza de playa, en los días siguientes, iniciaron una penetración hacia el Este con el fin de retomar Puerto Argentino, nuestra base principal, a la vez que atacaron hacia el Sur en dirección a Darwin.

En Puerto Argentino, 75 Km al este de San Carlos, casi nada se sabía del desembarco, ni siquiera si éste era el esfuerzo principal de los británicos o habría otros. Debemos recordar que la conducción argentina sufría enormes limitaciones para informarse sobre los movimientos del enemigo. Le sobraban razones; solo había 8 hs y 30 minutos de luz de día para fines de Mayo, con excesiva nubosidad y nieblas matinales, el dominio del aire era prácticamente británico. Además de la carencia de una razonable movilidad terrestre dada la imposibilidad de utilizar vehículos sumado a aires de marcha a pie de 1 Km/h con luz y 0,5 Km/h de noche. Mientras que las patrullas enemigas se movían libremente apoyadas por su dominio del aire y del mar.

Pese a las diferencias, la conducción militar en Puerto Argentino, decidió enviar tres patrullas terrestres a San Carlos con la Misión de "aclarar la actividad operativa en la zona".

 Una de estas patrullas, la de la Armada, estuvo integrada por Suboficiales Comandos Anfibios presentes en Puerto Argentino.


En una misión de observación avanzada, se creó la fracción “Pereyra” al mando del Capitán de Corbeta Dante Camiletti, junto al Cabo Primero IM Pablo Alvarado y los Cabos Segundos IM Omar A. López y Pedro C. Verón.


A las órdenes del Capitán de Corbeta de Infantería de Marina Dante Juan Manuel Camiletti, quien se presentó como voluntario para ejercer la jefatura de la Patrulla, pese a no ser Comando Anfibio. Debemos recordar que se da esta situación por el hecho de que el resto de los Comandos Anfibios se encontraban en Rio Gallegos (Santa Cruz) preparándose para una posible incursión sobre Malvinas ("Operación Buitre").

El 24 de mayo, la patrulla embarcó en dos helicópteros del Ejército Argentino y se dirigió hasta Chata Hill a unos 50 Km al Oeste de Puerto Argentino. Este movimiento se efectuó con el fin de acortar lo más posible la marcha de la patrulla sin ponerla en peligro, dada la proximidad del enemigo.

En Chata Hill establecieron una Base de Patrulla Reducida (BPR) y enterraron parte de su material y abastecimiento con el fin de aligerar su equipo y utilizar esta base como lugar de reencuentro luego de cumplir con la misión. Solo retuvieron la bolsa cama, buena cantidad de munición y víveres fáciles de transportar (chocolates, cigarrillos, galletitas. caramelos, caldos, pastillas de alcohol, etc)

Luego esperaron la oscuridad para empezar sus movimientos. En la noche del 24 al 25 MAY, con una tenue llovizna se dirigieron hacia Bombilla Hill, altura importante desde donde se podía ver el extremo este de la ría de San Carlos y el Cerro Montevideo, objetivo final de la patrulla.

Desde la zona de Bombilla Hill vieron que en el Cerro Montevideo ya se notaba una intensa actividad enemiga. Evidentemente la altura estaba ocupada, se oían ruidos de máquinas y se lograron ver helicópteros enemigo con misiones de transporte de cargas y otros en evidente patrulla. Por estas razones se descartó ocupar una Base Patrulla y Observatorio en dicho cerro, pero en su lugar se pensó en dirigirse hacia el Cerro Tercer Corral, altura importante ubicada más al sur-oeste, desde la cual se creía que se podía cumplir con la misión impuesta.

Ya en estos primeros movimientos se notó la necesidad de mantener la disciplina de marcha propia de los Comandos Anfibios y que atentaba contra este procedimiento, la velocidad que quería imponerle el Capitán Camiletti, lo que provoca unos de los roces innecesario entre el jefe y sus subordinados cuando entienden y llevan a la práctica doctrinas diferentes.

El Suboficial Comando más antiguo (Basualdo) reclama el apego a los procedimientos dada la evidente proximidad del enemigo "que estaba por todas partes" al decir de unos de los Cabos Comandos.

En su marcha a Tercer Corral fuero sobrevolados varias veces por 2 Harriers.

Durante el vadeo de una brazo del río San Carlos, perdieron parte de su equipo y se aligeraron el resto, a la vez que quedaron totalmente empapados. Continuaron su marca prácticamente con lo puesto.

El miércoles 26 Mayo, se llegó al Cerro Tercer Corral y se estableció una BPR. El Puesto de Observación se ubicó con una buena visión sobre el Cerro Montevideo y el Puerto San Carlos. Hasta el momento no se había podido establecer comunicaciones radiales con Puerto Argentino.

El Capitán Camiletti adelantó movimientos para completar el cuadro de información que estaban obteniendo. Entusiasmado, posiblemente se expuso algo más que lo necesario, hecho que le acarreó fuertes cambios de opinión con los Comandos más veteranos.

Del análisis de la situación general (a lo que se suma la situación anteriormente expuesta) se decidió dividir la Patrulla.

Una parte ("Fracción Basualdo", integrada por los Suboficiales de Infantería de Marina Miguel Ángel Basualdo y Ramón López y los Cabos Principales de Infantería de Marina Juan Héctor Márquez, Osvaldo César Ozán, Juan Carrasco y Pedro Baccili) regresaría a Puerto Argentino con la importante información recogida y el resto con el Capitán Camiletti ("Fracción Pereyra": Cabo Principal Enfermero Jesús A. Pereyra, Cabo Primero de Infantería de Marina Pablo Alvarado y los Cabos Segundos de Infantería de Marina Omar A. López y Pedro C. Verón), quedará en la zona tratando de ampliar aún más el cuadro de situación sobre el enemigo.

La Patrulla Basualdo tuvo un regreso realmente azaroso. En uno de sus movimientos fue tomado prisionero el Cabo Principal de IM Juan Carrasco en Teal Inlet. En su recorrido Basualdo debió evitar las columnas británicas que marchaba en igual dirección y sentido, lo que provoca que esta Patrulla se encolumne prácticamente detrás de las Unidades británicas, logrando evitar el contacto con el enemigo pese a que éstos conocían la existencia de nuestros Comandos en su zona debido a la captura de Carrasco.

Su mayor preocupación era, sin embargo, llegar al contacto con las propias líneas, las que ignoraban la existencia de esta Patrulla. Tuvieron la fortuna de encontrarse antes con Comandos del Ejército Argentino que estaban operando delante del frente propio. El Sargento Cisneros fue el nexo que permitió penetrar en las defensas propias sin inconvenientes, el domingo 30 de mayo.

De allí en más todo fue sencillo y pudieron transmitir al Comando Superior la información recogida que resultó valiosísima. El Sargento Cisneros caería en una emboscada enemiga días más tarde.

El resto de los Comandos que quedaron en Tercer Corral a órdenes del Capitán Camileti marcharon el 26 de mayo en dirección a Montes Verdes a unos 300 mts al oeste con el fin de aproximarse aún más al Establecimiento San Carlos. Al día siguiente treparon la altura a la madrugada se estableció una BPR.

Con los visores nocturnos se detectó al enemigo en la cresta topográfica de esa misma altura. Se decidió dejar la Patrulla en ese lugar y el Capitán Camiletti y el Cabo Principal Pereyra avanzaron para observar mejor los movimientos del enemigo. El Cabo Pereyra le hizo notar a Camiletti el peligro que corría toda la Patrulla si eran descubiertos. El Capitán le ordenó a Pereyra a reunirse con el resto y él intentó avanzar algo más, ya en el crepúsculo matutino.

El Cabo Pereyra y el resto de la Patrulla vieron claramente al enemigo que se movía en la altura y luego oyeron algunos disparos. Supusieron, con acierto, que el Capitán Camiletti habría sido descubierto y decidieron iniciar el regreso cumpliendo lo acordado con el Capitán.




Momento de la captura del Cap. Camiletti (IMARA) 

Mientras marchaban de regreso observaron efectivos enemigos desplegados en cadena que exploraban la zona, avanzaban con mucha precaución y con una gran alerta.


Tres Comandos de nuestra Patrulla se ocultaron en un pozo inundado, allí en cuclillas permanecieron con el agua helada hasta la cintura, tapados con algunas matas de pastos que afortunadamente lograron poner. Pereyra, Alvarado, López y Verón fueron los cuatro combatientes que permanecieron ocultos en pozos de agua. Los tres primeros permanecieron en fila y en cuclillas ocultos en un pozo inundado, con el agua hasta la cintura y tapados por una matas de pasto que lograron poner sobre ellos. El Cabo Verón, no tuvo tiempo ni lugar para entrar en el pozo y permaneció de espaldas y con su fusil sobre el pecho, en el agua en un socavón de 20 centímetros de profundidad de un chorrillo y también cubierto con pastos y ramas. El enemigo pasó prácticamente sobre ellos, pero no los descubrió. 


Cuando comenzó a oscurecer y habiendo permanecido varias horas en esas posiciones, con los cuerpos entumecidos por la temperatura del agua, del sector derecho se escuchó un disparo de fusil, seguido éste por una apertura de fuego de todas las armas en dirección al valle, donde estaba ocultos nuestros hombres, cuyos proyectiles pasaban por sobre las cabezas de los Comandos Anfibios. ¿Ejecutaban una exploración por el fuego?. Seguido de esto se produjo un silencio de 30 minutos aproximadamente, el cual fue roto por helicópteros que cumplían un movimiento constante en el sector.

Para los Comandos Anfibios la noche sería el mejor momento para su desprendimiento.

Recién con la oscuridad de la noche y luego de permanecer muchas horas en el agua helada, pudieron salir de la posición, primeros arrastrándose porque tenían las piernas entumecidas por el frío, luego gateando para recuperar los movimientos, luego agazapados finalmente para proseguir el escape. También ellos marcharon entre tropas británicas que se dirigían a Puerto Argentino.



Lo que sigue es una charla personal que mantuve con Jesús Pereyra, residente en Pehuen Có, una playa a 80km de Bahía Blanca. Pereyra estuvo en Malvinas desde la Operacion Rosario. Junto con su gente eran personal experimentado. Camiletti era oficial de reciente graduación, oficial de escritorio sin ninguna experiencia de campo. Sin embargo, como era oficial, fue puesto al mando de la mision de observación adelantada.

Pereyra me contó que la misión nunca tuvo razón de ser. El objetivo de la misma fue confirmar el desembarco británico, algo que la BBC ya habia transmitido y a poco nomás directamente mostraba imágenes en vivo. De hecho, Owen Grippa había ya volado sobre el sector con un MBB326 y atacado a la HMS Argonaut, confirmando la presencia británica. Sin embargo, los mandos navales diero el OK para esta misión. Pereyra al enterarse, supo que era una misión suicida, asi que no pidió voluntarios sino que fueron todos los miembros de la agrupación (nadie se quería hacer responsable de llevar a la muerte a nadie en particular, si iban a morir, iban todos.)

Tan pobremente preparado estaba Camiletti que llevaba sus vituallas en una mochila antártica, de color naranja fluor. A poco de comenzar la misión, Pereyra y sus hombres le dieron a conocer a Camiletti que sus ordenes serían "interpretadas" dada su falta de experiencia en combate (no iban a hacer todo lo que él ordenara dado que ellos consideraban que carecía de idoneidad). La patrulla arribó subrepticiamente a las playas de San Carlos y confirmó la presencia británica irradiando un parte a Puerto Argentino. A pesar de ello, Camiletti insistió en ver "mas de cerca" a los británicos. Es por ello que él solo fue capturado y los suboficiales no. La imagen de Camiletti, siendo encapuchado con una campera y con una Sterling apuntada a la cabeza, dio la vuelta al Mundo.






Traslado del Cap. Camiletti (IMARA) 

La versión del Capitán Camiletti enviada a este autor dice que "no es cierto [que] me ofrecí como voluntario para esa misión, sino que comandé la patrulla durante casi 2 meses, les conseguí alojamiento, vehículo para trasladarse, los saqué del letargo a pesar que se oponían a salir de misión como yo pretendía hacerlo diariamente. Lograr que saliéramos a recorrer la costa, a buscar infiltrados en las estancias próximas al mar, preparar emboscadas durante la noche en zonas aptas para el desembarco de patrullas inglesas". Respecto a su captura y a la razón de su avance en solitario hacia las posiciones inglesas, comenta "y la fracción que regresó era porque estaban muy cansados y no querían continuar avanzando y los que se quedaron era solo porque su estado físico era menos lamentables y además tuve que obligarlos a quedarse." (comunicación personal, 24/03/11) 



 Luego de la captura del oficial argentino y el estado de alerta general de las tropas inglesas, ocurrió efectivamente, las tropas británicas pasaron a centímetros de los soldados argentinos y no los detectaron. El escondite en sí, era una rajadura en la tierra por donde emergía una vertiente de agua de unos 40 cm de profundidad. Allí se ubicaron los tres desde las 8 AM de un día hasta las 2 AM del otro, en esa posición y mojados en el clima malvinense.



Ese mismo día, partieron hacia el cerro Dos Hermanas donde era el punto de reingreso a la zona argentina. Todo el trayecto fue muy lento porque fueron seguidos de cerca por patrullas del SAS y RM.

Al llegar al cerro Dos Hermanas, Pereyra me contó que "olfateó algo raro". Estaba todo muy tranquilo, sin movimientos de tropas en las alturas. Igual se acercaron y cuando estuvieron a unos metros los británicos, que habian recapturado el cerro el dia anterior, abrieron fuego. Una bala le pegó en la mochila de Pereyra, atravesando e incrustandosele en la espalda. Pereyra cayó prisionero. Camiletti, apenas llegó al continente, fue dado de baja y no se supo nada de él.

Hasta que a mitad de camino, el lunes 31 de mayo, al Sudeste de Monte Estancia fueron emboscados, dos de ellos fueron heridos gravemente (Pereyra y Lòpez) y los dos ilesos restantes (Alvarado y Verón) tomados prisioneros. Allí comenzó otra historia, la de su vida de prisioneros que no les fue fácil, ya que recibieron un trato muy duro por su condición de tropas especiales. 




Luego vino en el HMS Canberra y reingresó al servicio activo. Jamás la Armada le pidió que transmitiese a las nuevas generaciones de comandos anfibios sus experiencias en combate. Siempre hubo verguenza de mostrarlos. Producto de ello entró en una fuerte depresión y se embarcó en el viaje de la Fragata Libertad de 1984 como único veterano de guerra a bordo. En cada puerto norteamericano y europeo que tocó la fragata fue homenajeado por sus pares navales locales. Así, en Annapolis, marines y oficiales navales lo invitaron con una copa a que contara sus experiencias. Lo mismo le ocurrió en Francia, España e Italia. Los oficiales navales estaban ansiosos por escuchar sus experiencias, cuando lo mismo no ocurría de los propios colegas nacionales. 

Él no fue el unico. Sus compañeros de patrulla cayeron en profundas depresiones. Verón, que era de Misiones, pidió la baja y al tiempo fue arrestado por provocar incidentes. Pereyra, sacó de su propio sueldo los recursos y se fue a Posadas a sacarlo de la cárcel. Lo encontró vestido solo de remera, malla de baño y ojotas. Pagó la multa, lo sacó de la cárcel y lo encarrilló. Pereyra mismo pagó con su matrimonio las pesadillas que le provocaron Malvinas.

Hoy Pereyra esta de baja y da clases de seguridad náutica. Vive en Pehuen Co, una pequeña playa a 80km de Bahía Blanca. Tuve el honor de conocerlo hace 2 años cuando sin saberlo alquilé su casa. Le dicen "El Brujo" Pereyra, porque no hay problema que él no solucione. Es un hombre humildisimo y un gran tipo, de esos que uno los reconoce al minuto de hablar. Todavia se sigue encontrando en alguna que otra reunión con Robacio, otro humildisimo héroe de la República comandante del BIM 5 en Tumbledown, y se pregunta para qué diablos se armó esa patrulla. Nadie sabe la respuesta.



Fuente:
La Nación, 14 de agosto de 1999
Clarín, 17 de agosto de 1999
Charla personal con Jesús Pereyra, febrero de 2007
Forista APCA del foro Batallas

miércoles, 26 de junio de 2013

ARA: La noche de Banzai

"La Noche del Banzai" 
Breve Crónica de un frustrado ataque a la Flota Británica


Luego de la recuperación de las islas Malvinas, el día 2 de abril de 1982, y de las Georgias del Sur el día siguiente, la Armada Argentina implementó una serie de medidas para optimizar sus capacidades operativas, conforme se materializaba la escalada del Conflicto con el Reino Unido de Gran Bretaña.
En tal sentido la Flota de Mar buscó mejorar su capacidad de Exploración a partir de los Medios Aéreos embarcados, principalmente, en su portaaviones A.R.A. 25 de Mayo...

 Por CL VGM (RE) Rafael L. Sgüeglia
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.. Para ello  aprovechó la capacidad de las aeronaves S2E Tracker, a las cuales se les instaló un receptor de frecuencias radioeléctricas (MAE-Medidas de Apoyo Eléctronico), con capacidad de detectar los radares de los buques enemigos, sin llegar al umbral de detección de ellos, es decir sin ser detectados .
El inteligente uso de los radares, y MAE, de esas aeronaves, conforme la situación táctica lo permitiera, procurando no ser detectados, le daba a ese avión, diseñado para la guerra antisubmarina la capacidad de explorar además la superficie del mar. Esto significaba detectar blancos e identificarlos, en la medida de lo posible, fundamentalmente a partir de la información radioeléctrica que se obtuviese de los mismos.
Había una posibilidad más que era la de guiar aviones de ataque, es decir a partir de la detección de blancos realizar el guiado de aeronaves que batirían los mismos. Esto lo realizarían aeronaves A4Q embarcadas. Esta capacidad había sido desarrollada por la Aviación Naval, a partir de la década de los setenta por parte de los aviones Neptune con aviones A4Q, con un procedimiento que se fue perfeccionando con adiestramiento intensivo.
La idea general era detectar blancos navales, procurar la mayor información de los mismos, informar  los contactos al portaviones, mantener exploración en contacto sobre ellos, y lanzar una o dos divisiones de A4 que serían guiadas en la etapa final de su ataque por el avión Tracker que mantendría contacto con el enemigo.
Esto podría ser realizado por más de un avión de exploración, la autonomía de quién establecía el primer contacto podría obligar  su regreso, y entonces  se mandaría a un segundo avión a un punto dato, donde por anteriores detecciones o información de Inteligencia, se supiera que existían Unidades enemigas, y entonces guiar el ataque.
Cabe aclarar que el Tracker no poseía armamento que le permitiera enfrentar a los Harrier ingleses,  no tenía capacidad antisuperficie que significara  amenaza para una Unidad de superficie británica que poseyera capacidad antiaérea, es decir su capacidad de autodefensa era nula. Sólo tenía dos capacidades que le permitían realizar la tarea, detectar Unidades de superficie y saber si era detectado. El uso de esas dos capacidades, con tácticas debidamente estudiadas y practicadas, le otorgaban alguna probabilidad de evitar ser derribado.
A mitad del mes de abril de 1982, la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina, que era donde orgánicamente estaban estos aviones, comenzó a adiestrarse en el guiado de aviones ataque A4Q. Para lo cual aprovechó al máximo las capacidades instaladas de sus sistemas de navegación y guerra electrónica,  amén de  perfeccionar la táctica que le permitiera con éxito realizar el guiado de esos aviones sobre blancos navales.
El riesgo de la tarea era alto, las posibilidades de regreso de una misión de estas no eran muchas, por lo que había que realizar una prolija planificación de emisiones electrónicas propias, incluyendo las mínimas comunicaciones necesarias, materializar perfiles de vuelo que dificultaran la detección por parte de los británicos y le aseguraran la detección de blancos modificando principalmente las alturas de vuelo, materializar navegaciones que significaran emitir de diferentes posiciones geográficas una vez que comenzara la exploración en contacto, a ello se sumaba un control estricto y restrictivo del consumo de combustible, que por ejemplo se traducía en el no uso de la calefacción pese al frío reinante, atento que estas misiones se realizaban al límite de la autonomía etc.
Como se desprende de todo esto, que no es más que un breve resumen, podemos decir que era una misión plena de dificultades y exigencias, al límite de las capacidades de los aviones empeñados, con un alto riesgo, con un resultado incierto para el avión explorador, con un éxito relativo para los aviones de ataque, por ejemplo, si durante su navegación al punto dato era derribado el Tracker explorador, amén de la posibilidad cierta de derribo siempre probable sea para el explorador como para los aviones de ataque.
El  25 de abril los ingleses recuperan las islas Georgias del Sur, a partir de ese momento comenzó una tensa calma en las islas Malvinas en espera de la presencia del enemigo en ellas. Por entonces la Flota de Mar argentina procuraba interdictar los movimientos de la Flota británica. Para los cual había desplegado dos Grupos de Tareas, uno al norte de Malvinas, y otro al Sudeste de las mismas.
El primero de ellos se centraba en el portaaviones A.R.A 25 de Mayo, desde el cual los aviones Tracker realizaban misiones de Exploración para detectar el enemigo, sobre el cual en los últimos días de abril se autorizó abrir fuego. El 29 de abril con el buque a unas 150/200 Millas Naúticas al Norte del Estrecho San Carlos comenzaron vuelos de exploración a máxima  distancia que al día siguiente, 30 de abril, por la noche dieron como resultado que se obtuvieran contactos MAE de frecuencia de radares ingleses al N-NE de Puerto Argentino.
En las primeras horas del 1 de mayo se materializa el ataque de un avión británico Vulcan al aeropuerto de esa localidad, a ello se sumó horas más tarde bombardeo naval inglés, la vigilia en Malvinas había terminado. Ese día a primera hora se había realizado un vuelo de exploración desde el portaaviones sin llegar a tener contactos radar. Un segundo vuelo a 1513 horas obtiene contacto radar con seis buques medianos y uno grande, era un Grupo de Tareas de la Flota británica. Ambos Grupos estaban a 150/200 millas de distancia, uno el argentino sabía donde estaba el enemigo, no así el británico. La ventaja táctica estaba de nuestro lado. Sin embargo la falta de capacidad de ataque y operación nocturna de los A4Q, impidió que se materializaran acciones ofensivas de inmediato.
En este punto se continuaron las tareas de exploración desde el portaviones a fin de mantener la posición de la Flota inglesa, para que a primeras horas del día 2 de mayo se materializara un ataque con seis aviones A4Q con cuatro bombas MK82 cada uno. La última posición del enemigo se obtuvo a 2300 del 1 de mayo por medio de un vuelo de exploración de un Tracker.
El Comandante británico sabía que había sido detectado, pero no tenía la certeza de la posición de  la Fuerza naval argentina. Su problema era ubicarnos, para ello ordenó vuelos de exploración con sus aviones Harrier. Uno de ellos interceptó al avión Tracker mencionado en el párrafo anterior, avión que  pudo eludir a su perseguidor volando nocturno a ras del agua. Pero ese Harrier  obtuvo la posición, cuanto menos bastante aproximada, de la Flota argentina.
Esto se tradujo en que en la misma se cubrieran puestos de combate y se autorizara al destructor Santísima Trinidad a lanzar sus misiles sobre el avión inglés, que nunca entró en el alcance de los mismos.
En la noche de marras por lo menos tres veces se tocó “combate” en el Grupo de Batalla argentino, cada vez que secciones de acciones Harrier se acercaran al Grupo de Batalla argentino, que hizo que pocos durmieran, esto permitió la Comandante británico conocer la posición de los buques argentinos, como asimismo apreciar cabalmente su capacidad de combate.
El Comandante del H.M.S. Invencible luego del Conflicto refirió que: ”Los Tracker a lo largo de los 45 días de combate fueron un serio dolor de cabeza, porque sabiendo que me habían detectado, en diez y siete oportunidades envié a mis Harrier para derribarlos, sin poder concretar nunca este objetivo”.    
La situación táctica obligaba a mantener la posición del enemigo británico, así fue como a 0528 del 2 de mayo se destacó un avión Tracker a confirmar su presencia, para que luego en pocas horas más despegara un segundo avión con la tarea de ir al punto dato que obtuviera o confirmara el primero, y mantener exploración en contacto con el enemigo para guiar el ataque de seis aviones A4Q.
El prevuelo de la misión lo realizó el Personal del Departamento Operaciones del buque, en el mismo estaban presentes los tripulantes del avión explorador y los Oficiales de la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Ataque, con quienes se determinaron todos los detalles de la operación a realizar. Un hecho demoró la ejecución de la tarea, la falta de viento, cosa poco común en esas latitudes.
Para explicarlo en pocas palabras hay Tablas que determinan la cantidad y el tipo de bombas que se necesitan para batir un blanco, ellas determinaban que en esa situación táctica el número era  cuatro. El viento real, casi nulo,  permitía que con el buque a máxima velocidad, alcanzara una velocidad relativa  que sólo se traduciría en una carga de una bomba por avión. Así las cosas con el prevuelo realizado se decidió esperar más viento real para lanzar el ataque.
Si analizamos la capacidad aérea y contraaérea británica de los seis aviones A4Q que hubiesen despegado, cuatro tenían posibilidad de llegar al blanco y lanzar sus bombas y dos podrían haber regresado a al buque. De dieciséis bombas lanzadas, el 25 %, cuatro, hubiese alcanzado un buque, que si hubiese sido un portaaviones hubiese significado su neutralización. Salir con una bomba por avión no hubiese causado daño significativo alguno al enemigo, con pérdida de vidas y de la mitad de la capacidad aérea de ataque e interceptación embarcada propia.
No empeñar esos aviones en ese momento, a partir de un análisis de las probabilidades de éxito en esa misión, permitiría mantener la capacidad de ataque e interceptación de la Flota que se traduciría en un futuro además en la pérdida de dos buques de combate británicos, los H.M.S. ARDENT y ANTELOPE, este último también atacado por aviones de la Fuerza Aérea Argentina, con una pérdida británica de 6700 toneladas,  amén de averías a por lo menos dos Fragatas enemigas más.
El avión Tracker que había sido lanzado a 0528 no obtuvo contacto con la Flota inglesa, la misma había tomado un arrumbamiento E en alejamiento del Grupo de batalla argentino, no obstante durante esa mañana aviones Harrier se aproximaron al mismo en repetidas oportunidades para conocer su posición, con el consabido toque de combate en nuestras Unidades.
Cabe recordar que existía la posibilidad cierta de un ataque aéreo sobre el Grupo naval propio, lo que obligaba a tener una sección de A4Q sobre cubierta a cinco minutos de aviso como Interceptores. De hecho el tiempo de catapultaje se cumplió en cada alarma de combate y, en al menos una o dos oportunidades, se lanzó una segunda Sección que estaba de reserva.
En una pausa de combate, el Comandante del Portaaviones conversa con el copiloto del avión explorador guiador y le da su apreciación táctica: la capacidad antiaérea de ambas Flotas era la misma, la capacidad misilística antisuperficie también, se suponía que los Harrier embarcados era un número similar a los A4Q y que estos podrían enfrentarlos con éxito, cuando habló de la amenaza submarina dijo algo así como mejor no pensarlo.
Empeñar seis A4Q en una misión a ataque, significaba además que la capacidad de interceptación con esos aviones desde el portaaviones quedaba reducida a cero. La sección, dos aviones, que quedaría abordo preveía mantener un avión como de reserva para el ataque y el segundo como tanquero, para reabastecer los aviones atacantes en su regreso al portaaviones en caso de ser necesario.
El demorado vuelo de exploración despegó a 1435 horas, se realizó a exploración máxima distancia, obtuvo contactos radar y MAE sobre el enemigo, aterrizó a 1900 horas, su tripulación vió que en el personal del buque rostros con distinta expresión que a la mañana, el crucero A.R.A General Belgrano había sido hundido, la amenaza submarina se había materializado. Seguirían días y noches interrumpidos por cubrir puestos de combate.
Si el 2 de mayo de 1982 se hubiese materializado el ataque a la Flota inglesa, quizás se recordaría como el día de la Aviación Naval, pero no fue así. Sin embargo  dos días más tarde una sección de aviones Super Etendart, guiados por un avión Neptune, hundieron el destructor británico H.M.S. Sheffield  sin duda una clara muestra de nuestra voluntad de presentar batalla. Y así ese día que significó en Bautismo de Fuego de la Aviación Naval argentina luego fue instituido como  día de la “Aviación Naval Argentina”.
La noche del 1 al 2 de mayo quedó en el imaginario de sus protagonistas como la llamada “Noche del Banzai”.
   

2012 - INSTITUTO AERONAVAL

domingo, 23 de junio de 2013

FAA: Un día de la Patria pleno de ataques aéreos

Los ataque aéreos argentinos del 25 de Mayo de 1982 

El parte meteorológico 
Sin fenómenos significativos en Santa Cruz y Chubut: cielo claro a poco nuboso. Vientos moderados del oeste. En Tierra del Fuego, una vaguada de superficie, débil, producía cielos cubiertos con nubosidad media y precipitaciones dispersas. Buena visibilidad y techos superiores a 600 metros. Vientos moderados del sector noroeste. 

En Malvinas, una cuña de alta presión ocasionaba bancos de estrato cúmulus entre 300/600 metros. Visibilidad buena, reducida en las primeras horas por neblinas de dos a tres kilómetros, mejorando rápidamente hacia el mediodía. Vientos moderados del sudoeste. Sin precipitaciones. 

Las intenciones de la Fuerza Aérea Sur 
El día de la Patria, encontró a la FAS en plena acción. Sus principales objetivos seguían siendo las naves enemigas en la zona del estrecho y bahía San Carlos. 

Primeros ataques 
Dado que en días anteriores se había observado que las primeras escuadrillas en atacar no encontraban oposición de PAC enemigas, se decidió lanzar al alba (en vuelo nocturno) la primera, con el sistema A-4 Skyhawk y sin oficial de control aéreo táctico, a fin de que ese avión, en vuelo alto, no alertara al enemigo de la aproximación del ataque. Así salieron: 


  • 07:28 hs desde Río Gallegos despegó el reabastecedor Hercules KC-130, indicativo "París". 
  • Cuatro A-4B Skyhawk, indicativo "Marte", armados con una bomba MK-17 de 1.000 lbs. Tripulación: Capitán. Hugo Palaver (C-244), Ten Daniel Gálvez (C-250), Ten Vicente Autiero (C-221), Alf Hugo Gómez (C-209). Despegaron de GAL a las 08:00. La segunda sección regresó a los 25 minutos, Autiero y Gómez, por falla del Nº 3; el 4 lo siguió pues no tenía la sección guía a la vista (nocturno), siguieron Palaver y Gálvez. Reabastecieron del "París" y en Puerto Pacheco, con dirección al blanco, rumbo sur, se internaron con bruma y visibilidad 0. Regresaron a punto inicial, eran las 09:10 hs, pasaron por Roca Negra, giraron a la derecha y pusieron rumbo al blanco nuevamente. 
Recorrieron el brazo San Carlos. Divisaron un buque blanco. Al ver una cruz roja pintada en su casco, suspendieron el ataque. Era el Uganda. No observaron otros buques, ni recibieron fuego de artillería antiaérea. Giraron a la derecha en Laguna Paloma. Con el OMEGA indicando blanco a 15 MN derecha, siguieron y observaron lo que creyeron era puerto San Carlos. Iban con rumbo sur y al levantar en el puerto, el 2 informó que era Darwin. De inmediato, giraron a la derecha para alejarse. 
Vieron un buque verde y casco negro. Recibieron fuego de la artillería antiaérea propia en Darwin. Realizaron un reempleo creyendo que estaban en Puerto San Carlos y entraron al blanco sin percatarse que era realmente Darwin, como había apreciado el numeral. El Nº 1, Palaver, tiró al buque bombas y cañones y el Nº 2, Gálvez, a un grupo de casas. Salieron sobre el estrecho y en la posición Elefante Marino, nivel de vuelo 50. El Nº 1 informó que su indicador de combustible marcaba 0. Había sido alcanzado en la parte inferior de su avión, de acuerdo con lo que vio su numeral, estaban en 51º 25' S / 59º 30' O. 

Instantes después, aparentemente alcanzado por un misil Sea Dart lanzado desde el destructor HMS Coventry, que se encontraba al norte de la isla Borbón, el averiado avión del Capitán Hugo Palaver fue derribado sin que su piloto lograra eyectarse. El Ten Gálvez arribó a Río Gallegos a las 11:00 hs. 


  • Cuatro M-5 Dagger, indicativos "Rango" y "Bingo". Tripulación "Rango": Capitán. Carlos Rohde (C-418), Capitán. Roberto Jannet (C-431). Tripulación "Bingo": Capitán. Amílcar Cimatti (C-436), Capitán Carlos Moreno (C-435). Misión: Búsqueda de un radar inglés en las islas de Beaucheme. Despegaron, por secciones, de Río Grande a las 10:00 y 10:20 respectivamente. Cada sección debía ser guiada por un Lear Jet LR-35A. 
  • El Lear matrícula T-23, que despegó de Río Grande a las 10:15, tripulado por los capitanes Nicolás Benza y Jacinto Despierre y el Cabo 1º Juan Mothe como mecánico; guió hasta cien millas de las islas Beaucheme a la sección del Capitán Jannet. Regresó a Río Grande a las 12:05. 
El vuelo de ambas secciones de M-5 comenzó en condiciones por instrumentos, pero en el objetivo estaba claro ilimitado. A la vista de las islas, la sección “Rango” exploró la zona asignada, sin observar instalaciones de radar ni buques, por lo que regresó, en vuelo rasante, arribando a Río Grande a las 12:00. La sección "Bingo" realizó navegación sin acompañamiento del Lear, por fallas. Una vez que visualizaron las islas, el Capitán Cimatti ordenó acelerar a 500 nudos. Ordenó tirar con cañones sobre la Punta Belgrano sin observar tiro de artillería; salieron patrullando bahía San Felipe e isla de los Pájaros. Regresaron a Río Grande a las 12:20. 


  • HS-125, matrícula LV-ALW. Indicativo: "Rayo", en tareas de OCAT (Vicecomodoro Torres y Mayor Medina). Tripulación: Teniente Poggi, Alférez Mariani, SP Acosta, en 52º 00' S / 64º 30' O. Despegó de Comodoro Rivadavia a las 10:22. Arribó a las 14:55. 
Ataques a objetivos navales 
Son atacados y averiados, en la Bahía de San Carlos, la fragata misilística F-21 Avenger de 3.250 ton y el buque de asalto anfibio HMS Fearless de 12.120 ton. 

Ataques a la HMS Avenger y el HMS Fearless 

  • Cuatro A-4C Skyhawk, indicativo "Toro", armados con bombas retardadas por paracaídas. Tripulación: Capitán Jorge García (C-304), Ten Ricardo Lucero (C-319), Ten Daniel Paredi (C-312), Alférez Gerardo Isaac (C-302). Despegaron de San Julián a las 11:30hs. Reabastecieron en el "París" y al llegar a la isla Gran Malvina, la cruzaron en vuelo rasante. Ingresaron al estrecho y, al llegar a la bahía de San Carlos (12:25 hs), atacaron a los buques allí reunidos. 

Recibieron fuerte fuego antiaéreo. El teniente Lucero fue derribado por un misil Rapier, lanzado desde tierra. Se eyectó y fue rescatado por el HMS Fearless, el mismo buque que había atacado. Los tres restantes atacaron un buque, probablemente la fragata clase 21 HMS Avenger. 

A la salida, individual, bajo fuego antiaéreo, el capitán Jorge García, informó que tenía problemas hidráulicos. Cuando iba en ascenso, debido a sus averías fue derribado por un misil Sea Dart del HMS Coventry, sin eyección. 

Los Nº 3 y 4 siguieron en alejamiento. El Nº 4 notó un importante descenso en su indicador de combustible, razón por la cual eyectaron cargas y pidieron reabastecimiento. Ascendieron y acoplaron en el Hercules KC-130, indicativo "Berlín", que había despegado de Río Gallegos a las 07:28. Arribaron a San Julián a las 14:30 hs. 

Hundimiento del HMS Coventry 
Son atacados y averiados, al norte de la isla Borbón, la fragata misilística F-21 Broadsword de 4.000 ton y el destructor D-42 Coventry de 4.100 ton (hundido). 

Ataques a la HMS Broadsword y el HMS Coventry 

  • Lear Jet LR-35A, indicativo "Ranquel". Despegó de Comodoro Rivadavia a las 13:45. Misión: retransmisor. Tripulación: Tenientes Emil Williams y Gustavo Cercedo, Cabo 1º Dardo Rocha. Regresó a Comodoro Rivadavia a las 16:55 hs, por Malvinas. Debía encontrarse en el punto este (51º 30' S / 64º 00' O), a nivel de vuelo 350 para apoyar a las escuadrillas: 
  • Tres A-4B Skyhawk, indicativo "Vulcano", armados con una bomba MK-17. Tripulación: Capitán Marcos Carballo (C-225), Teniente Carlos Rinke (C-214), Alférez Leonardo Carmona. Despegaron de Río Gallegos a las 14:00 hs. Arribaron a las 17:00 hs. 




  • Tres A-4B Skyhawk, indicativo "Zeus". Tripulación: Primer teniente Mariano Velasco (C-212), Alférez Jorge Barrionuevo (C-207), Teniente Carlos Osses (C-204). Despegaron de Río Gallegos a las 14:00 hs. Arribaron a Río Gallegos a las 17:00 hs. 
En ambas escuadrillas fallaron los Nros. 3 (en la "Vulcano" el Alférez Carmona, no decoló por inconvenientes técnicos y, en la "Zeus", el Teniente Ossés se volvió después de 240 MN por problemas en su transmisor de VHF; arribó a GAL a las 16:00 hs). 




 
Hundimiento del HMS Coventry 

Las secciones llegaron al norte de la isla Borbón con 2/3 minutos de intervalo e hicieron el reabastecimiento en vuelo. 

A las 15:20 hs, la sección "Vulcano" (Carballo - Rinke), atacó la fragata 22 HMS Broadsword que repelió el ataque con misiles, granadas de fragmentación y cañones. Los argentinos lograron arrojar sus bombas de 1.000 lbs sin apreciar los resultados. 

La sección "Zeus" comprobó que de la popa de la HMS Broadsword salía un intenso humo negro. De acuerdo con informes ingleses, fue dañado el sistema de dirección y propulsión. El Capitán Carballo regresó con tanque derecho de combustible perforado por una esquirla. 



La versión inglesa 

Después llegó la sección "Zeus" que enfiló directamente al HMS Coventry. Este, que navegaba paralelo a la fragata, viró y enfrentó la dirección del ataque, lanzando misiles y fuego de artillería antiaérea. El primer teniente Velasco y el Alférez Barrionuevo se aproximaron cañonearon y lanzaron sus bombas, el guía en proa, el Nº 2 confirmó tres impactos, evadieron y regresaron a Río Gallegos a las 16:21 hs. 

  
Secuencia fotográfica del ataque a la HMS Coventry obtenida por el Lt Bell Davis 
 
Tareas de rescate de sobrevivientes de la HMS Coventry 

Hundimiento del Atlantic Conveyor 
Es atacado y hundido, al norte de la isla Soledad, el portacontenedor Atlantic Conveyor de 14.950 ton. 

 
Atlantic Conveyor antes del hundimiento 


  • Dos Super Etendard, indicativo "Mina", armados con dos AIM 39 Exocet. Despegaron de Río Grande a las 14:34 hs con rumbo noreste. Tripulación: CC Curilovic y TF Barraza de la aviación naval. Reabastecieron del KC-130 "Berlín" a las 15:45 hs en el puesto de reabastecimiento aéreo y se lanzaron con rumbo este hasta alcanzar el punto en que debían iniciar el vuelo rasante. Al enganchar el blanco dispararon ambos Exocet (16:20 hs). Regresaron a su base luego de realizar un nuevo reabastecimiento a las 16:50. 
En el puente del HMS Hermes, Graene Hammond, asesor de prensa del almirante, presenció la acción: 

En síntesis, la sección "Mina", en una operación impecable, había herido mortalmente a un valioso portacontenedor, no sólo por su porte, sino, fundamentalmente, por su carga, helicópteros Chinook, pista de aluminio, carpas, etc. 

  
 
Atlantic Conveyor luego del ataque 
 
Principales ataques del día 25 de mayo 

Otros acontecimientos 
A las 14:50 hs, la Armada Argentina solicitó a la FAS atacar a un petrolero y a un submarino, aparentemente ingleses ubicados a los 50º 57' S de latitud y 56º 57' O de longitud. El Capitán de Fragata Pirra, enlace de la Armada en la FAS, pidió confirmación al Comando de Operaciones del Atlántico Sur. Éste le ratificó que no era propio. 

A las 15:15 hs, la FAS envió un Mirage III, indicativo "Patria" a reconocer y atacar el presunto barco y submarino inglés. El Capitán Guillermo Ballesteros despegó de Río Gallegos a las 14:47 hs. Antes de atacar, hizo un pasaje y observó que el petrolero se llamaba Santa Cruz. Informó a Río Gallegos y éste a la FAS, quien ya había enviado al ataque a seis IA-58 Pucará. La FAS preguntó nuevamente al enlace de ARA, y más tarde corroboraron que verdaderamente era el Santa Cruz, reabasteciendo a un submarino argentino. Los Pucará fueron detenidos próximos al despegue. 

Balance del día 

  • 9 salidas de A-4B; un avión derribado, piloto fallecido. 
  • 7 salidas de M-5; tres aviones regresan por orden superior. 
  • 4 salidas de A-4C; dos aviones derribados; un piloto fallecido, otro prisionero. 
  • 1 salida de M-III. 
  • 22 salidas de exploración y reconocimiento, diversión y retransmisor. Un avión regresar por inconvenientes técnicos. 
  • 1 salida para puente aéreo con C-130. 
  • 3 salidas de reabastecimiento con KC-130. 
Bajas enemigas 

  • Destructor HMS Coventry. Hundido. 19 tripulantes desaparecidos. 
  • Portacontenedores STUFT Atlantic Conveyor, incendiado (posteriormente se hundió) por un ataque de la aviación naval con apoyo de los KC-130 de la FAA. 
  • Fragata HMS Broadsword. Averiada. 
  • Dos naves no identificadas (una probablemente HMS Avenger y otra HMS Fearless). 
  • Tres Harrier GR.3 RAF derribados. 
  • Un helicóptero Lynx (en la HMS Broadsword), destruido. 
En este día ofrendaron su vida al servicio de la patria 


  • Capitán D. Hugo Angel del Valle Palaver 
  • Capitán D. Jorge Osvaldo García 

Fuerza Aérea Argentina

sábado, 15 de junio de 2013

El cuchillo de Corbera

Una historia de Malvinas - Cuchillos de Paracaidista Fabricaciones Militares
Aprovecho este post para mostrar estos ejemplares de cuchillos de paracaidista de Fabricaciones Militares de Argentina y publicar una historia de la guerra que involucra a uno de estos cuchillos.
El ejemplar de arriba, obsequio de mi amigo Sandro Garofalo, a quien agradezco de corazón por su desprendimiento, se encuentra con algunas modificaciones en la vaina, por un lado se le cambió el color de marrón a negro, se colocó una presilla de tela con doble broche y la empuñadura no cuenta con los apoyadedos, los cuales fueron sustituidos por una cuerda.
El de abajo tiene la particularidad de que es un ejemplar sin uso, todavía mantiene el barniz protector contra el óxido en su hoja.


La historia del combatiente que perdió un puñal en Malvinas y “lo encontró” 27 años después.
La Guerra de las Islas Malvinas tiene aún cientos de historias, anécdotas y momentos tristes y otros no tanto, para recordar y contar. Tal es el caso, de lo que le sucedió al ex combatiente Guillermo Enrique Corbella, quien hoy desempeña sus labores en el Concejo Deliberante de nuestra ciudad y que 27 años más tarde de vivir aquella batalla cruel y desigual, tuvo una grata sorpresa, aunque aún con futuro incierto que decidió contársela a El Cordillerano. 
Corbella tiene en su mente cada momento de su infeliz estadía en las Islas Malvinas por 74 días. Pero lo que lo convierte en noticia, es uno de sus últimos días en aquellas conflictivas tierras, que siempre seguirá sintiendo como propias. Puntualmente, se retrotrae al momento de la rendición llevada a cabo el 14 de junio de 1982, cuando él en su rango de subteniente (con 46 soldados a su cargo), formó la fila junto a sus compañeros de guerra y los ingleses procedieron a desarmarlos, con la excepción de no desproveerlos a cada uno de su pistola y su sable bayoneta.
Corbella no poseía un sable, pero sí un pequeño puñal que había obtenido en enero de 1981 cuando realizó el curso de paracaidista en el Colegio Militar de la Nación y le fue entregado en la ceremonia antes de dar el primer salto al aire.
En el momento de la entrega de armas, aparece a sus espaldas un soldado inglés que visualiza la punta del cuchillo por debajo de la campera y le corta los cordines que lo sostenían a su cintura. “Que lindo, me lo llevo”, le dijo el soldado europeo en su idioma. 
De ahí en más Corbella dio por perdido su tan preciado obsequio.


Cadena de favores
Sin embargo, recibió un llamado de otro veterano de guerra, quien le comentó que el escritor argentino Abel Doménech necesitaba contactarse con él.
Doménech es el autor de un libro denominado “El cuchillo táctico” que data de 1996, texto que leyó un comisario en Córdoba y le pareció curiosa la inscripción que llevaba la guarda de uno de los puñales publicados por Doménech de marca Erizo.
La leyenda del cuchillo dice "El CMN al Cad GE Corbella" y su significado es el siguiente: "El Colegio Militar de la Nación al Cadete Guillermo Enrique Corbella", inscripción que llevaba desde que le fuera otorgado al protagonista de esta historia.
El comisario, Mario Nieto, se contactó con el Departamento de Veteranos de Guerra, consiguió todos los datos viejos y actuales de Corbella y se los pasó a Doménech.
El escritor llamó a la casa del hoy ciudadano barilochense y le dijo la cadena de circunstancias que lo motivaron a llamarlo por teléfono.
Doménech le comentó a Guillermo que la imagen que publicó en su libro, la tomó de otro texto de un colega inglés denominado Ron Flook, le llamó la atención y por eso decidió incluirlo. “Yo ya formo parte de esta historia, por lo que me gustaría recuperar tu puñal y entregártelo en Las Malvinas”, le dijo el literato, quien de inmediato se puso en contacto con Flook vía correo electrónico y éste le respondió que el cuchillo era de un amigo, pero que ese supuesto amigo no estaba dispuesto a venderlo.
“¿Venderlo?, me lo tiene que devolver, pensé yo”, cuenta Guillermo Corbella. Doménech le ofreció a su par inglés otro cuchillo de su colección, uno marca Randall, o cualquier elemento de su frondosa colección.
Flook ratificó sus intenciones de no venderlo. En realidad, son las supuestas intenciones de su amigo. Sí contó que ese amigo lo había obtenido en una subasta, luego de que lo utilizara un oficial de la marina inglesa. Pero de devolverlo, ni noticias.
“No sé si voy a poder volver a tener mi puñal, pero lo que sí es cierto que esto me incentivó a seguir investigando y para ponerme en contacto con gente que vivió las cosas que yo viví”, cuenta Corbella, tras haber hallado a la distancia aquel viejo cuchillo que obtuvo en 1981 y que “perdió” un año después.
“Me encantaría poder hablar con el oficial que me lo sacó, pero no para confrontar sino para intercambiar experiencias, charlar de la guerra y de cómo él la vivió. Aunque desde ya que recuperar el puñal coronaría esta historia que aún a mi me sorprende. Es muy reciente lo que pasó y sucedió en muy pocos días”, sostiene Guillermo, con la ilusión de algún día volar hasta Gran Bretaña y por qué no, por lo menos, volver a ver su tan preciado cuchillo. 

Ejemplo de “esfuerzo y abnegación”
Guillermo Corbella egresó del Colegio Militar Nacional con la Promoción 112, con el orden de mérito 152. Ingresó el 15 de febrero de 1978 y egresó el 28 de noviembre de 1981. Es del Arma de Infantería y nació en Entre Ríos el 9 de diciembre de 1959. Fue subteniente y en Malvinas estuvo en el Regimiento de Infantería 6 "General Viamonte".
Corbella estuvo al mando de la Compañía "B", nombrada "Peribebuy" en honor a las tropas argentinas que combatieron contra tropas paraguayas, había estado desplegada en el Monte Tumbledown, en apoyo al Batallón de Infantería de Marina 5 (BIM 5). Ese Regimiento había desplegado sus compañías en la zona de Puerto Argentino. 
Corbella egresó como subteniente de infantería el 28 de noviembre de 1981, es decir que para la época de la guerra, era un joven subteniente de tan sólo veintidós años. Hizo el curso de paracaidista siendo todavía cadete. Esto explica por qué el CMN le entregó un cuchillo, precisamente de paracaidista. 
Corbella fue condecorado con la medalla "Al esfuerzo y la abnegación",y entre los considerandos del otorgamiento de la medalla, se menciona: "Lograr con su decidida acción de mando mantenerse en la posición pese al intenso fuego enemigo, lo que impidió que este desbordara por el flanco a los efectivos del RI 4 que ocupaban la Cresta militar". 



Muy cerca de la muerte
Corbella vivió la guerra muy de cerca. La Compañía que integró estaba en uno de los dos frentes de ataque de la Armada inglesa. “Los ataques eran de noche y éramos entre 800 y 1000 argentinos contra más de 3000 soldado ingleses”, relata.
Guillermo vio como 12 soldados de su regimiento dejaron la vida en aquellas lejanas y frías islas. “Además hubo muchísimos heridos, muchísimos”, recuerda. “Estoy vivo porque tuve un grupo de soldados brillante y porque uno en la guerra o en situaciones extremas como las que vivimos hace cosas por instinto, costumbre o necesidad”, señala.
Cuenta que de tanto escucharlos venir, junto a sus compañeros ya sabían donde caerían los misiles. “Por el silbidos decíamos ese cae allá, ese va sobre el regimiento o cual, ese va más adelante y de repente dijimos, corramos que ese cae acá” y pudieron protegerse de un bombardeo y sus “astillas” por saltar a tiempo.
A Corbella le tocó replegarse varias veces hasta terminar en Puerto Argentino y vivió muy de cerca la muerte. “Hoy estoy acá porque una mano me sacó vivo de ahí y me dijo que ese no era mi momento de morir”, expresó tristemente.

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